¿Por qué aprender aikido es bueno para tus hijos?

Familia de aikidokasMi familia es de aikidokas. La pequeña, con apenas 3 años, es una estudiante precoz en nuestro dojo. El mayor, que pronto cumple 7, luce con orgullo su cinturón amarillo. Hay un enorme abanico de artes marciales para elegir y esta, precisamente, no es la más conocida en Sevilla. ¿Por qué la elegí para mis hijos? La respuesta corta: por muchos motivos (algunos ni siquiera saltan a simple vista). Pero si quieres conocer mis razones, te las cuento muy rápido.

Para quién no lo conozca, aikido significa el camino de la energía y la armonía. Se trata de un arte marcial moderno (se inicia en los años 30) pero se construye sobre la herencia samurái. No existen torneos. Al contrario, se fomenta el compañerismo. Todo el trabajo gira en pareja (uke y tori), donde se aprende a respetaral otro, primero, para ayudarle en su camino y, segundo, para no hacerse daño. El estudiante de mayor rango está “obligado” a enseñar al que lleva menos tiempo. Todos practican con todos. Es como una pequeña gran familia (al menos en Suigetsukan dojo).

No existen torneos y es un arte marcialno violento. Los niños tienen demasiados referentes de golpes, armas y gritos. Deben contar con otros donde aprendan a gestionar los conflictos sin peleas.Aquí trabajamos la defensa protegiendo nuestro espacio personal, pero de manera que tanto tú como tu agresor sufráis el menor daño posible. Hay conceptos que se trabajan a nivel corporal, pero que son claves en otros sentidos: escuchar, adaptarte a las circunstancias, mantener la calma y, una de mis favoritas, hacerlo todo con una sonrisa.Es un aprendizaje de vida.

¿Pero es un arte marcial o no? Lo es, ciertamente. La técnica busca responder aún cuando el agresor nos dobla en tamaño y fuerza. Esto permite afrontar la situación con confianzaen nosotros mismos. El movimiento de nuestro cuerpo y el desequilibrio del contrincante desemboca en una situación donde se reduce a la otra persona en apenas unos segundos. Es rápido y preciso. Pero alcanzar este nivel requiere de constancia y disciplina, como quien aprende de nuevo a caminar. No es fácil (nada en la vida lo es realmente). Pero la meta es lo de menos. Lo realmente importante es todo eso que está detrás y que nos ayuda a ser una mejor versión de uno mismo.

Así que, en resumen, aprender aikido es bueno para nuestras hijas e hijos. Sin duda, los míos lo recomiendan 🙂

Juan García. Papá, periodista y alumno de Suigetsukan desde enero de 2018.

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